La salud es algo más que la ausencia de enfermedad. La OMS nos dice que “la salud es un estado de bienestar físico, mental y social, con capacidad de funcionamiento, y no sólo la ausencia de afecciones o enfermedades”.
Actualmente, vivimos en una sociedad en la que la tensión, el estrés, el nerviosismo, la sensación de agobio, la rapidez, etc. son estados y sensaciones predominantes en el día a día. Para muchos, este modo de vida les lleva al sufrimiento, a la ignorancia y a padecer cualquiera de los trastornos sicológicos y físicos existentes.
Necesitamos relajarnos, desprendernos de la hiperactividad y escucharnos a nosotros mismos, prestar atención a lo que nos dice nuestro yo para saber lo que realmente necesitamos, lo que nos pide nuestro cuerpo y lo que nos pide nuestra alma.
“La tensión es quien crees que debes ser. La relajación es quien debes ser”
Proverbio chino
El yoga es una disciplina que lleva practicándose desde hace muchos siglos y que está en constante evolución. Su origen lo podemos ubicar en la India y en nuestros días podemos afirmar que, nuestra cultura occidental ha adoptado al yoga en sus diferentes tipos, ramas o caminos.
A menudo, el yoga es empleado como una práctica limitada a la puesta en práctica de diferentes posturas físicas (asanas). Desde este punto de vista, su utilidad se percibe únicamente a nivel físico. Nos hace más conscientes de los ritmos y necesidades naturales del cuerpo, fortalece los músculos y huesos, retrasa el proceso de envejecimiento, aumenta la energía vital, da flexibilidad y equilibrio, oxigena y limpia nuestros órganos, beneficia nuestro sistema cardiovascular, endocrino, digestivo y respiratorio, abre los canales energéticos y equilibra los chakras.
Pero no deben pasar desapercibidos los beneficios que ofrece el yoga al buscar la unión y el equilibrio entre el cuerpo, la mente y la respiración. Disminuye el estrés, favorece la concentración, la capacidad de razonamiento y nos levanta el ánimo. También nos trae armonía interior, que muchas veces nos ayuda a dormir mejor, disminuye la tendencia a reaccionar con rabia o tristeza ante las situaciones, ayuda a la superación de miedos y tener un pensamiento positivo. El equilibrio interior y la apertura del corazón repercuten no sólo en una mejor forma de relacionarse con el mundo, y una mejor experiencia vital, sino también en la salud física.
El despertar espiritual, si bien es la esencia del yoga, lo dejaremos para otro artículo.
Todos estos beneficios que se manifiestan en el plano físico, mental y emocional, son ofrecidos en forma conjunta, sencilla y natural a través de la asidua práctica del yoga.
Por todo, ello desde Energía Zen, le recomendamos la práctica de esta hermosa disciplina holística, con la ayuda de maestros cualificados, para que pueda beneficiarse de todas estas y más bondades muy apreciadas en nuestro tiempo.
Namaste